viernes, 5 de agosto de 2011

Unos cuantos kilos que cuestan




Al sonido de I will survive escribí esté post. Me desperté pensando en muchas cosas, entre esas en las dietas. Cabe aclarar que a mi alrededor la mayoría son mujeres y todas están en estrictos planes de dieta, algunas ya bordean los 10 kilos menos. Yo voy lenta pero segura, pues solo he bajado 8 kilos en 4 meses. Creo que voy demasiado lento, seguiré a punta de plantas, agua y sin harinas a ver si logro bajar por lo menos 5 kilos más.

Hay muchas cosas por las que he pasado en estos días, además de una gripa maldita que parece querer vencerme, he aprendido a conocer el tipo de mujeres que luchan por bajar de peso, he aquí mi clasificación:

Caso 1-La que todo lo puede pero le cuesta:

Lo único que necesita es que su nutricionista le de la patadita de la buena suerte, la suba en una pesa y le demuestre que ella solita si puede; que matarse de hambre definitivamente sí vale la pena, más cuando tiene varios compromisos por delante como matrimonios, viajes y una que otra parranda femenina. Aquí el fin siempre justificará todos los medios. Verse linda siempre valdrá la pena.

Casos 2-La que lo ha intentado todo, pero no importa , va por otro intento:

Vive feliz como es, le hace trampa a su propia dieta, y mete de contrabando uno que otro alimento prohibido en su comida. Quisiera ser más delgada, óigame bien, no porque la haga sentir mejor, sino porque la sociedad que la rodea así la prefiere. Este es su intento número… ya perdimos la cuenta, pero está vez siente que lo va a lograr.

Lo peor por lo que está pasando ahora es tener que dejar a un lado los dulces, que son su perdición, los chocolates, que le quitan el sueño, y las harinas, que la hacen tan feliz. A ella le deseamos suerte porque es a una de las que más les cuesta.

Caso 3- La que alguna vez fue gorda pero de eso solo quedan sombras en su cabeza:

Ahora luce delgada, su talla petite no le permite subir de peso, se alimenta de forma saludable, pero nunca querrá ser como antes. Tiene un buen gusto para elegir lo que más le luce, pero se dejó contagiar por la fiebre de las skinny bitches. Se acaba de meter en un tratamiento que la va a desaparecer, de gorda no tiene nada, pero hacerse un tratamiento para bajar de peso tranquiliza su mente y le asegura no repetir la historia.

Caso 4- Sabe lo que quiere, pero no tiene claro cómo lograrlo:

Tiene una gran ansiedad que es más grande que ella. Este es quizás el caso más complicado, tiene un diablo que le habla en el oído izquierdo y un angelito en el derecho: uno le dice todo el día “come, tienes hambre, una harina no te hará daño, solo tienes que subir por las escaleras y es como si no hubieras comido nada”. El otro angelito le habla muy temprano y le dice, “come verduras, come hortalizas, come bien, toma agua, camina un poco, mueve el esqueleto”. La ansiedad llega cuando los dos se agarran y le producen en su mente una gran confusión. Por eso no es raro ver en su almuerzo un gran plato de ensalada, acompañado de un paquete de papas, galletas o ponqué, es el resultado de la confusión que produce en su cabeza el sobrepeso y el afán por perder unos cuantos kilos que, según ella, no le pertenecen.

Caso 5 - La edad y sus demonios:

Mantenerse joven es la meta, mantenerse delgada es uno de los medios y competir por todo es el fin último. No importa si compite consigo misma,  no importa cuánto dinero invierte en su imagen. Hay cosas que nunca va a lograr y ella lo sabe, ha probado cuanto tratamiento de última tecnología hay en el mercado para levantar aquello, retroceder el tiempo y esconder uno que otro defecto…. Más de personalidad que físico, solo que para ella una cosa compensa a la otra.

Caso 6 - Una dieta al año no hace daño:

El objetivo de bajar de peso y meterse en un traje de unas cuantas tallas menos, hace todo para conseguirlo. Se puede matar de hambre, de piedra y de migraña, pero que lo logra lo logra. Desde los 12 años es gorda, y desde entonces ha tratado de bajar haciendo por lo menos una dieta al año, combinándolo con ejercicio para que sea más efectivo.

El objetivo de todas tiene algo en común: verse bien y estar en paz consigo mismo.